Hay otro grupo que, si bien no ha sido clave para el director, sí que ha dado buenos resultados en las colaboraciones que han tenido, y han repetido en una o en más ocasiones, formando parte de un catálogo de recurrentes del que Tarantino tira cuando necesita nuevos personajes. Algunos de estos son Leonardo Di Caprio, Brad Pitt, Christoph Waltz, Harvey Keitel, o Bruce Dern.
Brad Pitt en el Festival de Cannes
Brad Pitt es el único actor que ha conseguido un papel protagonista con Tarantino desde que este es un director contrastado sin haber trabajado con él previamente. Su primer papel con Quentin Tarantino fue el del Teniente Aldo Raine en Malditos Bastardos. Raine es un soldado con un marcado acento tejano que lidera a un grupo de soldados rebeldes mientras viajan por la Europa ocupada por los nazis eliminando las patrullas con las que se cruzan. Pese a que el impresionante personaje que es Hans Landa le roba el foco en algunos momentos, el Aldo Raine de Pitt sigue siendo uno de los personajes más memorables de su prolífica carrera como actor. Su buen desempeño en Malditos
Bastardos justificó su regreso varios años después, cuando Tarantino contó con él para dar vida a Cliff Booth, el doble de acción de Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) en Érase una vez en Hollywood. En esta película (en la que probablemente conseguirá la nominación al Oscar a Mejor Actor de Reparto), tiene una relación prácticamente fraternal con Leonardo DiCaprio, actor que ha seguido con Tarantino un camino prácticamente idéntico al de Pitt.
Leonardo DiCaprio ha trabajado con Quentin Tarantino en dos ocasiones, ambas muy recientes y consecutivas en el tiempo. Colaboraron por primera vez en la séptima película del director, Django Desencadenado, donde interpretó a Calvin Candie, el malvado propietario de una plantación de algodón, esclavista, y aficionado a las peleas de mandingos. Candie comercia con vidas humanas como quien comercia con alimentos. Es el principal antagonista de la película, quien retiene entre su plantilla de sirvientes a la esposa de Django, y uno de los mejores y más memorables personajes de la filmografía de Tarantino. Su segunda colaboración fue más reciente y mucho más relevante. DiCaprio es el protagonista de la novena y – hasta la fecha – última película del director: Érase una vez en Hollywood. En ella, interpreta a Rick Dalton, un actor de mediana edad que siente que su carrera está acabada en un Hollywood cambiante que prefiere centrarse en estrellas emergentes. No le llegan papeles protagonistas en Los Ángeles, y sus participaciones en los pilotos de televisión se limitan a ser el saco de boxeo de actores jóvenes que
Leonardo DiCaprio en los premios Oscar
están viviendo lo que él vivió años atrás. Tiene como único apoyo a Cliff Booth, (interpretado por Brad Pitt), su doble en las escenas de acción y su mejor amigo. Su interpretación de un personaje inseguro, alcohólico y obsesionado con no pasar de moda, le garantiza como mínimo una nominación al Oscar a Mejor Actor Principal.
Harvey Keitel en Cannes
Distinto es el caso de Harvey Keitel, que, si bien no ha aparecido mucho en las películas de Tarantino más allá de Reservoir Dogs (tiene un cameo magistral en Pulp Fiction), ha sido de vital importancia para el desarrollo de la carrera del director. Keitel leyó el guion de Reservoir Dogs cuando Tarantino pensaba grabarla en unos días y con actores semiprofesionales, vio potencial en el material, y no sólo se ofreció a protagonizarla cobrando una miseria sino que además puso cerca de un millón de dólares de su bolsillo para ayudar a la financiación y que el resultado final pudiera tener el altísimo nivel que terminó teniendo. Keitel también tiene uno de los papeles principales de Abierto Hasta el Amanecer, película que no dirige Tarantino pero que sí escribe y protagoniza. En ella interpreta a
un pastor evangélico que ha perdido la fe y que es secuestrado junto a sus dos hijos por dos ladrones que les utilizan de rehenes para pasar la frontera con Mexico.
Christoph Waltz puede presumir de haber tenido una de las relaciones más fructíferas con Tarantino, pues los dos únicos personajes que ha interpretado a sus órdenes (Hans Landa en Malditos Bastardos y King Schulz en Django Desencadenado) han sido premiados con el Oscar a Mejor Actor de Reparto. Ambos personajes, (abismalmente diferentes teniendo en cuenta que uno de ellos es un Coronel nazi que persigue a los refugiados judíos por Europa y otro un cazarrecompensas que libera a un esclavo y le ayuda a recuperar a su mujer), han sido elevados gracias a su gran interpretación, al olimpo de los personajes tarantinianos.
Christoph Waltz durante una presentación
Y por último, Bruce Dern es uno de los pocos actores que han sido recurrentes de Tarantino siendo de edad avanzada (el director no suele crear personajes mayores). Sin embargo, Dern ha aparecido en varias de las películas del director. Es uno de los ocho protagonistas de Los Odiosos Ocho. En ella interpreta a Sanford Smithers, un general del bando confederado en la Guerra de Secesión americana. Su principal enfretamiento
Bruce Dern en el Festival de Cannes
en la historia es con el mayor Marquis Warren, interpretado por Samuel L. Jackson, que le echa en cara continuamente sus ideales políticos y su visible racismo. Dern aparece también en Django Desencadenado, en este caso a modo de cameo, como el esclavista propietario de Django y su mujer. Por último, en Érase una vez en Hollywood tiene otro papel: interpreta a George Spahn, dueño del Rancho Spahn en el que el personaje de Brad Pitt había estado rodando escenas de acción. Spahn está ya decrépito, ciego y medio sordo, y las chicas del Clan Manson se aprovechan de su alzheimer para vivir gratis en su propiedad.