

Tarantino realizó algunos acercamientos al cine durante sus años de adolescente. Sin ninguna experiencia, sin dinero, y sin más que sus ganas y su obsesión por el cine, se puso a devorar películas desde edad temprana. Además, gracias a su profesión en un videoclub que prácticamente hizo suyo y cuyas películas vio cientos de veces, continuó aprendiendo sobre cine y nutriéndose en el séptimo arte. En el videoclub, donde disfrutaba gracias a las recomendaciones que podía hacerle a los clientes mientras seguía viendo cine, conoció a Roger Avary, con quien co – escribiría algún guion y con quien produciría algunas de sus primeras películas. Otro amigo que conoció ahí fue Scott Magill, con quien colaboraría en su primer proyecto.
El primer intento de largometraje del joven Quentin Tarantino fue Love Birds in Bondage, película que realizó en 1982 con apenas 20 años. Como mencionamos, su compañero de trabajo en el videoclub y amigo, Scott Magill, le ayudó a crearla, aunque la película no terminó de prosperar.
Como es de esperar viendo quien estaba tras las cámaras, la historia estaba contada en el tono de comedia negra. Love Birds in Bondage contaba la historia de una mujer que sufre un daño cerebral muy grave como consecuencia de un terrible accidente de coche y es obligada a ser internada en una institución mental por su comportamiento agresivo y violento. Su novio, que en ningún momento duda de su fidelidad hacia ella, se mantiene a su lado durante todo este periodo con el corazón completamente roto.
La película tuvo problemas desde el inicio. Hubo problemas con el elenco, que no llegó a prosperar (más allá del propio Tarantino interpretando al novio de la protagonista, y dejando ver desde el principio su afición por estar delante de las cámaras tanto como por estar detrás), y la película quedó abandonada. Además, el propio Scott Magill afirmó que su madre había destruido la copia de la película, aunque Tarantino sospechó que había sido él quien lo había hecho realmente. Desgraciadamente, por el trágico suicidio de Magill cuatro años después, Tarantino abandonó el proyecto por completo.
Casi cuatro años después, ya más instruido y habiendo visto mucho más cine, Tarantino decidió probar suerte otra vez dirigiendo otra historia original. En este caso, se llamaría My Best Friend’s Birthday (El Cumpleaños de mi mejor

Cartel de My Best Friends Birthday
amigo). Igual que hizo cuatro años antes con Scott Magill, para My Best Friend’s Birthday volvió a colaborar con otro amigo del videoclub. En este caso sería Craig Hamman, quien había redactado una historia en un guion de unas cuarenta páginas. Trabajando con Tarantino, lo alargaron hasta las ochenta que terminaron formando el guion final.
La historia era simple: un hombre pensaba en hacerle un regalo a su mejor amigo, a quien su novia había dejado, por su cumpleaños. Entre los dos trabajaron en el guion y, además de alargarlo, lo dotaron de una mayor complejidad (tampoco demasiada, el proyecto terminó siendo bastante mediocre). Finalmente, Mickey, el mejor amigo de Clarence, viendo que llega su cumpleaños y que está deprimido porque su novia acaba de dejarle, contrata los servicios de una prostituta para intentar que su amigo salga de la depresión.

Tarantino en My Best Friends Birthday
La cinta se financió con unos cinco mil dólares, se grabó en blanco y negro con una cámara casera sostenida por cartones (obviamente, lo único que los dos jóvenes podían permitirse). La duración final de la cinta fue de 70 minutos – todo un hito viendo los medios con los que contaron – pero un incendio en el lugar donde la almacenaban provocó que se quemara la mitad del metraje. Por ello, a día de hoy solo se conservan 35 minutos de la película, y es Reservoir Dogs la considerada como la primera cinta del director (afortunadamente, porque My Best Friend’s Birthday no habría llegado muy lejos en ningún festival
internacional de cine como sí lo hizo su película sobre atracadores).
La película es – en su primera mitad, la única que ha podido verse – bastante aburrida. Tarantino aún estaba muy verde en cuanto a la redacción de los guiones, y es por eso por lo que podemos ver muchos diálogos que se creen inteligentes pero que están más cerca del ridículo (como era el caso, por ejemplo, de la ópera prima de Stanley Kubrick, Fear and Desire). Lo único que Tarantino ha mantenido en su primera película y en el resto de su filmografía es su afición por los tacos y el lenguaje soez, su descontrolado fetiche por los pies femeninos (de hecho, su propio personaje le confiesa a la prostituta que tiene un fetiche por los pies), y su tendencia a introducir segmentos de radio con música rock en sus películas (por ejemplo, en la propia Reservoir Dogs o en Érase una vez en Hollywood).
Pese al desastre que en su momento fue My Best Friend’s Birthday, Tarantino decidió volver a ella después de Reservoir Dogs. Reescribió la historia, cambió algunos acontecimientos por otros más atractivos, y terminó presentando un guion más que competente que terminaría utilizando Tony Scott para Amor a Quemarropa.